MARCHA POR LA VIDA
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| 25 años de la marcha por la vida |
Oruro,30 ago, PPA.- Un emocionado acto de recordación de lo que fue la Marcha por la Vida hace 25 años, se registro en el auditorio de la Universidad Técnica de Oruro, con la presencia de ex-dirigentes sindicales y prestigiosos canta autores, artistas que interpretaron temas musicales alusivos a la epopeya que protagonizaron inicialmente los trabajadores mineros y luego se sumaron los fabriles, campesinos, maestros, periodistas, empleados públicos, gremiales, juntas vecinales y ciudadanos el año 1986.
Los mineros orureños, paceños y nortepotosinos, se enfrentaron al gobierno de Víctor Paz Estensoro respondiendo al secante modelo de economía de mercado que se implanto lo que provocó el despido de sus fuentes de trabajo de 30 mil mineros que ya sentían el colapso de la minería estatal.
La Marcha por la Vida que se inicio en Oruro, luego de una manifestación de protesta que protagonizaron los mineros que llegaron de Siglo XX, Colquiri, Huanuni, Japo, Morococala y otros distritos que corresponden a los departamentos de Oruro, La Paz y Potosí.
La histórica Avenida Cívica de Oruro fue el escenario de la concentración de los trabajadores del subsuelo donde analizaron la difícil situación en que se encontraban los mineros bolivianos, lo que provocó, por mandato de la asamblea, el inmediato inicio de la marcha. Inicialmente los 5.000 mineros, acompañados por sus familias, marcharon rumbo a La Paz exigiendo la revisión de la medida aplicada por el gobierno.
Día que pasaba, y debido a la amplia cobertura que brindaron los periodistas de Oruro y los centros mineros, se fueron plegando cientos de trabajadores de otros sectores engrosando el movimiento social que tenía como destino final llegar a La Paz. Cuando los marchistas estaban en la población de Calamarca, a 57 kilómetros de la sede de Gobierno, se dicto el estado de sitio.
Solamente de esta forma se pudo detener a los miles de marchistas. Fueron cercados por efectivos del Ejército y tanques. Aviones de la Fuerza Aérea, sobrevolaron por el sector con la intención de atemorizar a los marchistas. Los efectivos de la policía también fueron parte del cerco por espacio de más de 24 horas. El rígido cerco militar, impidió que a los marchistas les llegara toda ayuda alimenticia, médica e incluso el agua.
Fue una determinación de los dirigentes de la Central Obrera Boliviana la suspensión de la marcha, para evitar derramamiento de sangre. Los mineros estaban conscientes que les esperaba el despido de sus fuentes y, así fue.
El 29 de agosto de 1986, los trabajadores retornaron a sus distritos de origen en tren en cuyos vagones volvieron a Oruro y otros 40 autobuses cedidos por la alcaldía de La Paz trasladaron a mineros hasta las minas, mientras tanto la dirección de la Central Obrera Boliviana (COB) lanzaba un llamamiento a una huelga general contra la implantación del estado de sitio.
El Gobierno, envío al destierro a regiones remotas del oriente boliviano a más de 100 dirigentes sindicales, todos ejecutivos de sus respectivos sindicatos.
Este pasaje histórico forma parte de la lucha de los trabajadores bolivianos por sus reivindicaciones y el derecho al trabajo que tienen.
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