LA EMOCIÓN A FLOR DE PIEL
Con la emoción a flor de piel de solo pensar en enfilar la última
recta, los pilotos dividen su tiempo entre las últimas obligaciones y la
necesidad de guardar reposo para acumular fuerzas. Cada uno tiene su
propia manera de afrontar la previa del Dakar…
Independientemente
de lo serio que se haya sido en la planificación y preparación, lo
cierto es que los días previos a la salida del Dakar suelen ser de lo
más ajetreados para los pilotos. La pequeña familia del rally raid se dacita en Rosario, donde sus miembros disfrutan de los reencuentros y se
ocupan de realizar los últimos ajustes en sus vehículos.
El circuito de
las verificaciones genera en ocasiones un ligero estrés y el interés de
los medios de comunicación contribuye a crear una atmósfera de gran
emoción. En esta sucesión de actividades y emociones, todo buen atleta
inscrito en el desafío del Dakar debe tener bien presente una prioridad:
hacer acopio de fuerzas para llegar en la mejor condición posible a los
primeros días de la carrera. Esta es precisamente la preocupación
principal de Lucas Bonetto, uno de los favoritos de la categoría de
quads este año: “Yo, personalmente, estoy de vacaciones desde principios
de diciembre”, explica el joven estudiante de ingeniería, que se
encuentra concentrado al 100% en su objetivo. “Ayer, para celebrar año
nuevo, ¡me limité a brindar con agua con los amigos y me acosté a las
0.15 h! Ya sabemos que estas jornadas son muy largas y que hay mucho que
hacer, pero yo, mentalmente, estoy ya metido en la carrera.” La
situación se gestiona de forma algo diferente cuando el piloto ha debido
recorrer un largo camino para llegar a Rosario, como es el caso de
Olivier Pain, que aterrizó en suelo argentino la madrugada del martes al
miércoles: “Todo pasa muy deprisa. En primer lugar fuimos a buscar las
motos y después enfilamos rumbo a Rosario. Es muy importante, sobre
todo, adaptarse al nuevo huso horario y al intenso calor reinante. Yo
además me daré una pequeña vuelta en la moto para ir calentando motores y
me concentraré también en dormir tanto como pueda. Ahora bien, tampoco
conviene olvidarse del ocio, por eso nos regalamos un buen almuerzo para
celebrar año nuevo.”
Como ven, cada uno gestiona este periodo tan delicado a su manera. Algunos prefieren mantenerse al margen de la agitación hasta el último momento, como Christian Lavieille, que esperó al 1 de enero para volar a Argentina: “En general, acostumbro a pasar unos días en la nieve, esquiando, antes del Dakar, aunque este año no he podido. Así el tiempo pasa más rápido. Lo que intento evitar es darle mil vueltas a la carrera en mi cabeza e ir contando los días. Se hace muy lento el proceso si uno no se mantiene ocupado con otras cosas. Después, cuando se desembarca en Argentina, todo pasa muy deprisa: el estrés de los últimos ajustes del vehículo, el paso por las verificaciones, la presentación en el podio y, ¡zas!, arranca la carrera”. Es entonces cuando se ponen a prueba los recursos de cada piloto...
Fuente: Dakar.com