Jesús Bermúdez, su nombre lleva el estadio de Oruro como homenaje a su calidad. Su esposa Alicia Tobar fallecio |
Doña Alicia Tobar se fue al
encuentro de Jesús Bermúdez
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La Paz, 19 agosto/Unidad de Comunicación del Ministerio de Deportes
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Vivía mirando el pasado y desdeñaba el presente, porque a los 111 años,
cualquier ser humano ha completado todos los propósitos de la vida. Doña Alicia
Tobar Loayza partió de la vida con la esperanza de encontrar en el más allá a
don Jesús Bermúdez, el amor de su vida.
La longeva doña Alicia contó una y mil veces la historia de su vida y la
singular página del afamado guardameta cuyo nombre lleva el estadio orureño. Su
última morada fue el hogar “María Esther Quevedo”, en aquella mítica zona
paceña donde el pasado y la modernidad han ensamblado sus arquitecturas.
El último recuerdo futbolero de doña Alicia estuvo ligada a San José y
es que por pedido de la anciana, el entrenador Víctor Barrientos llegó hasta
ese hogar para colocarle en el cuello una chalina del club orureño y una
camiseta. "Me miro a los ojos y me contó la historia, qué difícil fue
mantenerme en pie porque me hizo sentir mucho menos de lo que creo haber hecho
en mi vida", contó el técnico que esperaba que la totalidad de los
jugadores fuera testigo de este episodio.
Doña Alicia cuenta que don Jesús Bermúdez le profesó fidelidad hasta la
muerte y poso los ojos en ella, para entonces, una de las más cotizadas
jóvenes orureñas.
En 1945, y de acuerdo con una publicación orureña, don Jesús Bermúdez murió a causa de una "enfermedad maligna", vaya uno a saber a qué se refería aquel concepto, pero serviría como constancia que la Guerra del Chaco, a la que asistió como soldado de la Patria, le había dejado profundas huellas, como los golpes que recibió en cancha en la posición de guardameta.
En 1945, y de acuerdo con una publicación orureña, don Jesús Bermúdez murió a causa de una "enfermedad maligna", vaya uno a saber a qué se refería aquel concepto, pero serviría como constancia que la Guerra del Chaco, a la que asistió como soldado de la Patria, le había dejado profundas huellas, como los golpes que recibió en cancha en la posición de guardameta.
Rostro angular, mirada seria, propio de los hombres adustos y
concentrados, las fotos que se tiene de don Jesús Bermúdez, están asociados a
las gorras que utilizaban los porteros para combatir el sol en contra, en las
jornadas donde el astro rey se asociaba a las tardes deportivas.
De acuerdo a las fichas recabadas, medía 1,69, chato para el presente,
de buena estatura para aquellos tiempos. Fue guardameta de la selección que
asistió a Uruguay en 1930, elegido como el mejor y el más seguro, porque le
había dado a Oruro Royal, su club, varias alegrías. Le hicieron ocho goles en
dos partidos frente a Yugoslavia y Brasil, pero no cuentan las crónicas las
dianas que habría salvado el memorable portero, que era el salvador de los
errores de sus compañeros. Tal vez, presintiendo ese destino sus padres
eligieron en la pila bautismal el nombre justo: Jesús.
El estadio orureño con capacidad para 32 mil personas eternizó su
nombre, ningún otro portero tuvo semejante honra y bien sabía doña Alicia que
tuvo la fortuna de ser la esposa del guardameta inolvidable, con el que
seguramente compartirá ahora la gloria de la eternidad.
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NOTA: El golero Jesús Bermúdez nunca vistio a casaca de San José.Sus equipos favoritos fueron el club Calaveras de propiedad de la Empresa de Luz Electrica de Oruro y reforzo en algunos partidos a Oruro Royal y el Bolívar Ninbles.