Carmen
Aristegui:
“El periodismo no está muriendo”
“Si tuviera la oportunidad de tener otra vida yo sería periodista otra
vez porque es una profesión fantástica. Me entusiasma muchísimo y, la verdad,
no sé si podría ser otra cosa”, dice Carmen
Aristegui, y suelta una sonora risa. Cuando
dejo de grabar, ella me lo repite con una gran sonrisa: “Creo que no sé hacer
otra cosa”
Por la mañana, estaba concentrada en su smartphone. A la hora del
desayuno leía El Colombiano con atención. Y el día anterior, al lado del café
tenía El Tiempo. Silenciosa, Carmen Aristegui permaneció los dos primeros días
en Medellín saludando a los colegas de todas partes del mundo que le expresaron
su admiración. Concedió entrevistas y habló de la Casa Blanca de Enrique
Peña Nieto, la investigación que la trajo a Colombia junto a su
equipo de periodistas como finalistas del premio Gabriel García Márquez en la
categoría Cobertura.
Los reporteros Rafael Cabrera, Daniel
Lizárraga, Irving Huerta y Sebastián Barragán la acompañan en
Medellín.
Aristegui tiene fans, y entre ellos no pocos son periodistas, jóvenes y
ya con experiencia. Sencilla, acepta tomarse fotos (sí, algunos selfies) y te
saluda con afecto llamándote siempre por tu nombre. La mañana de hoy, durante el coloquio sobre
Periodismo y Corrupción (audio), la voz de esta mexicana se
hizo enorme. Anunció, con el tono enérgico que le conocemos en la radio o en la
televisión, que denunciaría al Estado mexicano
por denegación de justicia.
¿Qué
esperas de esta demanda que llevarás ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos?
–Yo espero fundamentalmente que ayude a debatir en México
y en otros lugares la importancia de la libertad de expresión. Esta demanda
debe ayudar a discutir civilizadamente el tema de nuestras libertades, y cómo
pueden afectar nuestras libertades las conductas de concesionarios de medios
electrónicos como es el caso nuestro. La prensa mexicana
tiene claroscuros. Hay una prensa vigorosa, de gran nivel, periodistas de
primer nivel, y otra parte del sistema comunicacional que está enganchado en un
sistema duopólico. Hay contrastes todo el tiempo. En los últimos años,
México ha desarrollado trabajos de gran importancia en la prensa escrita,
en algunas radios… La televisión necesita dar un vuelco para ser ese
gran motor que necesita México para que investigación periodística y libertad
de expresión abonen a una vida democrática.
No olvidemos Internet…
–Internet es, sin duda, una poderosa arma, y debe
ser aliada para la batalla de la sociedad por sus derechos y
libertades.
Esta mañana señalaste que en México,
y en otros países, hay empresarios que toman decisiones como si fueran
autoridades. ¿Es eso lo que pasó en el caso MVS?
-Lo planteo en el término jurídico. El recurso de amparo
plantea que esos empresarios actuaron como autoridad y yo tengo derecho a
ampararme contra sus acciones. Dado que el Estado les otorga esa concesion y
les transfiere la responsabilidad de operar el espectro que es de todos, esos
empresarios deben actuar a la letra de la ley. El Estado le prestó esa
concesión para hacer un negocio de comunicación, pero no se los regaló, se los
prestó. Y están obligados a cumplir al pie de la letra con las leyes, entre
ellas la libertad de prensa. Cuando nos sacan del aire y nos censuran actúan a
nombre del Estado y esa acción del empresario es de autoridad. Por
eso planteamos un juicio de amparo.
El panorama de la prensa mexicana es
trágico: existen zonas de silencio, amenazas, asesinatos y censuras sin ninguna
vergüenza.
–De altos y bajos. Tenemos espacios en redes sociales e
internet, donde se puede hacer periodismo y escenarios de violencia terribles
con periodistas asesinados. Hay regiones de México donde informar puede
costarte la vida, donde buscar y decir la verdad es un riesgo. Así está México,
así está su libertad de expresión
¿Carmen Aristegui nunca tiene miedo?
-Yo digo que al miedo hay que tenerle respeto. Es una parte
consustancial al ser humano. Tener miedo te permite tomar
precauciones. Pero el miedo no te puede inmovilizar. El miedo no te puede
dominar como periodista. La intuición te debe ayudar a reforzar tus
conductas. Si vas a dar un paso en una investigación periodística debes ir con
cuidado para que la reacción no vaya en contra de la calidad de tu trabajo, de
tu vida propia. Al miedo hay que tenerle respeto.
Esta pelea legal con MVS y esta
batalla contra la censura en México deben ser procesos desgastantes. Sin
embargo, tienes una energía y una sonrisa que transmite deseos de no rendirte.
¿Cómo llevas toda esta situación que además ahora llegará a tribunales
internacionales?
-Bueno, ha sido desgastante y a la vez estimulante. La reacción de
la gente ha sido increíble, una parte de la audiencia decidió ir por su propio
pie a denunciar. Hubo 3500 recursos de amparo, de gente de la audiencia.
Todo ello es estimulante y te empuja a seguir adelante. Desde luego, hay
un desgaste de recursos, de tiempo, hasta de ánimo. Pero en el balance es una
batalla que hay que dar, y estoy decidida a no detenerme. Los
periodistas estamos llamados a hacer periodismo y a defendernos cuando se
nos atropella.
REIVINDICAR LA PROFESIÓN
Mientras tu defiendes el periodismo,
otros anuncian la muerte del periodismo
-Eso no ocurrirá. Pueden haberse acabado y, eso no es tan
cierto, las plataformas tradicionales donde ponemos el periodismo. Pero el
nombre del juego seguirá siendo el contenido periodístico. No importa si lo
pones en un tuit o en Facebook. La sociedad desde siempre y para siempre
necesita comunicación, y necesita la tarea periodística que es contar lo
que importa.
¿Qué consejos darías a los
periodistas jóvenes que a veces creen que este oficio ya no tiene futuro?
–Que no se crean el cuento de que el periodismo está en artículo mortis. El
periodismo no está muriendo. Los periodistas jóvenes deben reivindicar la
tarea del periodista. Se dice que cualquiera puede ser periodista, y yo digo,
claro que cualquiera, pero leamos las redes sociales y veremos que hay
información que parece noticia y no lo es. Hay que dar una noticia que ha
sido verificada, corroborada, hay que demostrarle al público que si le decimos
algo es porque ya hicimos el trabajo de corroborarlo. La gente tiene que
diferenciar entre lo que viene con rigor y lo que normal e informalmente se
conversa. No todo lo que se publica es noticia. Como periodistas y
estudiantes de periodismo hay que reivindicar esta profesión, y pensar que si
ponemos nuestra firma es porque hemos verificado el contenido y lo hemos
elaborado con razonamiento ético