Un reportaje de: Estela Llanque Ferrufino
La presencia de las representaciones en miniatura, como elementos de ritualidad, fertilidad y abundancia data de registros preincaicos e incaicos, que hoy están presentes como parte de nuestra cultura sincrética como es la festividad de las alasitas.
Se conoce a través de los registros y evidencias arqueológicos del uso
de las miniaturas en la zona andina y su uso mucho antes de la época incaica,
caso del horizonte antiguo con las cabezas clavas en miniatura de la cultura
Chavin de Huantar, las cabezas trofeos en miniatura de la cultura Paracas y
Nazca: “han sido halladas miniaturas de cabezas trofeo, de figurillas humanas
tejidas y de cabelleras de pelo humano trenzado como parte de fardo funerarios”
(Circosta:2015). Durante el periodo del horizonte medio la cultura Tiwanacota,
expresó su arte en miniatura en representaciones, tales como vasos
ceremoniales, figurillas de llama,”… Keros o vasos utilizados para realizar
libaciones ceremoniales de 2,5 cm. De altura, figuras de llamas de 4 cm.; braceros
y cantarillas de barro de 5cm de altura (…) piezas que serían producto de
recolecciones arqueológicas de la zona Tiwanakota correspondientes a diferentes
épocas” (Circosta:2015), que son parte de la colección museística del
museo de Tiwanako del departamento de La
Paz.
Llama, aleación de plata y cobre. Detalle de los ojos y las orejas y de
hocico, altura: 6.0 cm peso: 7,2 gr; musée du quai Branly-Jacques Chirac, n.°
inv. 71.1887.114.92 Imágenes obtenidas bajo lupa binocular (https://www.redalyc.org/jatsRepo/126/12653600011/html/index.html)
También las expresiones resaltaron en la orfebrería Inca: produjeron
estatuillas de seres humanos y camélidos que se empleaban en rituales de
ofrenda vinculados a los altos representantes del Imperio Inca (1450-1532),
durante la conquista española en el siglo XVI, estas fueron fundidas junto con
otras tantas riquezas orfebres.
Por tanto la evidencia arqueológica, permite comprender que el uso de
las miniaturas, fueron y son aspectos esenciales de ofrenda, para la fertilidad
y la abundancia. Mariel López (2009) clasifica a las miniaturas según su
función, ya que pueden utilizarse como ofrenda ritual o como amuletos cuando
obtienen una finalidad mágico-analógica, en cambio Frédéric Laugrand, quien
elabora la significación de las miniaturas en el contexto ritual a partir del
estudio del arte de los pueblos Inuit (esquimales canadienses),
consideran que son mediadores que agencian dentro del ritual, asimismo, Esther
Pasztory habla de una matriz de pensamiento conceptual y simbólico para la
producción estética andina, ya que “el arte andino (…) no estuvo fundado en la
reproducción del mundo, pero sí en la construcción de diagramas mentales sobre
él”(Circosta:2015).
La presencia de las miniaturas como parte de la costumbre y tradición se
fueron registrando en la cotidianidad de las comunidades y las personas,
teniendo esta forma de costumbre en situaciones de muerte donde la presencia de
las miniaturas es innegable, casos como
cuando muere un niño sin bautizar o se produce un aborto se entierra el
cuerpo acompañado de un ajuar en miniatura.
O cuando una persona mayor muere, se ofrece un conjunto de objetos que
imitan en pequeña escala las herramientas del trabajo que realizaba en vida.
Lo mismo acontece durante la preparación de las mesas de ofrenda, donde
se divisan los elementos de miniaturas, como están representadas en los
“misterios de color”.
Es de esta manera que la expresión de la práctica Andina, llega a ser
uno de los elementos que está enraizado en la mentalidad y formas de vida, que
la vivimos, expresamos y sentimos, en una relación directa con las miniaturas.
Por tanto las miniaturas están vivas y conexas con nuestra forma de
pensar y actuar y esa expresión renace cada año en un nuevo tiempo de fiesta,
en una búsqueda continua de una mediación a la fertilidad y la abundancia.
Miniatura: Construcción de Lote